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Subdirectora de Cultura acompañó a familia de Nicomedes Guzmán en homenaje

Con ocasión del centenario del nacimiento del escritor, se llevó a cabo un reconocimiento en la Cámara de Diputados.

Miércoles 2 de julio de 2014

“Nicomedes Guzmán representa la fuerza de la literatura y del arte para mostrar las realidades sociales que Chile, Latinoamérica y el mundo han tenido que recorrer para superar la desigualdad y la injusticia social. Es la evidencia de que la naturaleza distribuye la capacidad de crear y generar belleza con la justicia que nuestros sistemas sociales no han sido capaces de construir”, señaló la Subdirectora del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Lilia Concha, tras asistir al homenaje que la Cámara de Diputados rindió al cumplirse 100 años del natalicio del escritor y periodista.

La subdirectora lamentó que las deudas sociales de las que Nicomedes Guzmán habla en su obra continúan pendientes, señalando que “eso es una tragedia para nosotros los chilenos. Seguimos viviendo en un país desigual e injusto, y él representa esa resiliencia de niños chilenos que, a pesar de la desigualdad, salen adelante y demuestran que tenemos derecho a la cultura como parte de la naturaleza humana. A pesar que la desigualdad trata de arrebatarnos ese derecho, finalmente, éste se impone por la fuerza de la razón”.

Durante el homenaje, el presidente la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Guillermo Teillier, destacó que en la obra de Nicomedes Guzmán, los protagonistas y su entorno, están cargados de un simbolismo que trasciende la mera pretensión estética. “La relación establecida entre realismo y ficción, por Nicomedes, logra superar la aparente contradicción formal para convertirse en propuesta ética que desnuda la injusticia y la inhumanidad. Sus personajes son seres que desde la más profunda precariedad económica, política y social instalan un discurso de dignidad de plena vigencia y convocan, aún con la misma urgencia de entonces”, expresó.

Los miembros de la familia de Oscar Nicomedes Vásquez Guzmán, verdadero nombre del escritor, agradecieron el homenaje de la Cámara. En la ocasión, su hijo Pablo Vásquez, recordó aspectos de la vida del autor: “siempre dijo, parafraseando a Neruda, que ‘hablo de cosas que existen, Dios me libre de inventar cosas’”. Vásquez recordó que su padre, con su ojo de artista de niño inquieto,  rescató aquello que se vivía en la familia proletaria de barrio donde cohabitaban con tranviarios, cargadores de La Vega, hueseros, y toda la gama de personajes populares del Chile de la primera mitad del siglo pasado.

Informó que se están haciendo esfuerzos, como parte de las iniciativas del centenario, para reeditar la obra del escritor, y recabar material que no se ha publicado, como eventos en universidades, revistas y diarios de Chile. “Lo ideal sería reeditar toda su obra, y que se incluya tanto en la educación básica como media, y que sirva a estudiantes de lenguaje, comunicaciones y literatura en las universidades”, expresó.

La subdirectora de Cultura se mostró interesada en analizar el apoyo a esta iniciativa, destacando que Guzmán “es un personaje histórico, social, político, así como un tremendo creador e intelectual, un autodidacta que, a pesar de no haber tenido el privilegio de la educación de elite, nos demuestra que la cultura es para todos y todas y que debe democratizarse”.

La obra del escritor

Nicomedes Guzmán nació el 25 de junio de 1914. Fue un autor de origen proletario, considerado uno de los miembros más destacados de la generación literaria del 38. Su obra es extensa y variada, entre las que se cuentan novelas, poesía y antología de hondo sentimiento humano y social.

Participó en la alianza de intelectuales de Chile creada y dirigida por Pablo Neruda, junto a  Pablo de Rokha. En 1944, obtuvo el premio Municipal de Novela, de Santiago, por su obra La Sangre y la Esperanza. La Municipalidad de San Miguel le otorgó el Premio Nacional del Pueblo en 1961.

En el prólogo del libro La ceniza y el sueño, Pablo Neruda escribió: “Su susurrante dulzura pareciera no convivir con las cicatrices que nos imprimió La sangre y la esperanza, pero es signo de la grandeza que el escritor, que nos develara el infierno de las calles de Chile, tenga otro sello de errante desvarío, sueños y cenizas que le agregan la infinita dimensión de la poesía”.

Escribió en los diarios El Siglo, La Nación, El Rancagüino, en Crónica y El Sur de Concepción, El Día de La Serena y Prensa Austral de Punta Arenas.

Nicomedes Guzmán falleció un día después de cumplir cincuenta años, el 26 de junio de 1964. Sus restos fueron velados en la Sociedad de Escritores de Chile, de la cual fue director.

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