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Participantes cuentan la exitosa experiencia de los clubes de lectura en Los Ríos

Desde el año 2012, han proliferado en la Región estas iniciativas nacidas en el seno de las bibliotecas públicas y que hoy se alzan como espacios comunitarios de encuentro para sus habitantes.

Lunes 9 de diciembre de 2013

Victoria Ovalle (55 años) integra hace más de un año el club de lectura de Corral. A diferencia del resto de los participantes sus preferencias literarias no se inclinan por la novela romántica. Lo suyo es dejarse llevar por el misterio y la intriga de tramas con trasfondo investigativo. Por eso títulos como El Código da Vinci, de Dan Brown, está entre sus favoritos. Pero igual lee todo lo que llegue a sus manos.

Una vez al mes se reúne con su club de lectura, que no supera los diez integrantes, sólo para comentar e intercambiar ideas sobre el libro que acaba de leer. Las reuniones se realizan en la Biblioteca Pública de Corral y los títulos son asignados por el coordinador del grupo, quien les hace entrega de un ejemplar a cada miembro, en su mayoría mujeres adultas, casadas y con hijos. Ellas mismas fijan el día del mes siguiente en que volverán a juntarse con el texto ya leído.

Con cada nuevo libro se les presenta un universo distinto al anterior, un nuevo desafío al que acceden gustosas y que se acaba cuando deben comentar su lectura con los demás. Ahí todo vuelve a comenzar de cero. «Me ha servido para conocer más personas y entablar amistad con ellas. Tenemos acceso a buenos libros y podemos comentarlos entre todos», afirma.

Experiencias como la de Victoria se replican actualmente en gran parte de las comunas de la Región de Los Ríos, donde desde 2012 han proliferado los clubes de lectura en torno a las bibliotecas públicas.

La iniciativa fue recogida por la coordinadora regional de Bibliotecas Públicas de la Dibam, Yohanna del Río, durante una pasantía que realizó en Andalucía, España. “Ahí pude ver de cerca que este era un servicio bibliotecario instalado en forma permanente. En base a la metodología que ellos implementaron, nosotros como equipo iniciamos la presentación de proyectos para adjudicar financiamiento y empezamos a crear nuestros propios clubes de lectura”, explica.

Así nació el club de lectura de la Coordinación Regional, como una forma de motivar a las bibliotecas para que desarrollaran experiencias similares como instrumento de fomento de la lectura. Paralelamente, un proyecto financiado por el Fondo del Libro permitió conseguir recursos para crear dos clubes de lectura en la Biblioteca Pública de Los Lagos.

La idea resultó todo un éxito. Ya a principios de 2013 se habían conformado clubes de lectores en las comunas de Valdivia, Corral, Paillaco, Río Bueno, Los Lagos, Mariquina, Lanco, Máfil y Panguipulli, todos activos y funcionando al alero de sus respectivas bibliotecas públicas.

«Es un servicio que recién se está posicionando en las bibliotecas producto de la propia motivación de los usuarios, quienes manifiestan interés y deseos de reunirse en torno a un libro, lo que a mi juicio es muy positivo», comenta Sandra Anoni, encargada de Fomento Lector de la Coordinación Regional.

Iván Espinoza, escritor local y encargado de la ejecución de clubes de lectura en Paillaco, Río Bueno, San José y Valdivia, ha sido testigo directo de este fenómeno. «Es tan notable porque tú ves que se forman vínculos y la gente espera las reuniones. El libro en el fondo es como una excusa (…) Ellos no conocen mucho, no tienen mucha idea de la literatura, pero han aprendido bastante. Pero más que eso, el libro es como una excusa porque ellos después conversan de sus propias experiencias y ya el texto leído es una forma de poder hablar, de poder expresarse y comunicarse, que es yo creo la necesidad que estamos cubriendo y es lo que me gusta».

Por Álvaro Henríquez E.

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