«Caracterización del sector editorial 2021: género, territorio y pandemia 2021», un estudio de la Red Feminista del Libro
Los tres elementos que cruzan esta iniciativa buscan dar cuenta de manera cuantitativa y cualitativa del ecosistema del libro actual en nuestro país, y cuyo proyecto fue patrocinado por el Ministerio de las Culturas.
Martes 8 de marzo de 2022
Hoy conmemoramos un nuevo 8 de marzo, instancia de reflexión y acción en busca de lograr mayor igualdad en los diversos ámbitos sociales y culturales, entre otros. El sector del libro y la lectura, desde sus diversas aristas creativas y gestoras, no es la excepción. Con ese afán, desde la Red Feminista del Libro realizaron un estudio exploratorio y descriptivo que buscó caracterizar cuantitativa y cualitativamente al sector del libro, explorando las dimensiones de género, territorio y la variable pandemia. La investigación se centró en las editoriales operativas durante el año pasado con el objeto de cartografiarlas.
Para Valentina Osses, poeta y socióloga, miembro de la Red, esta investigación se aleja de las convencionales lógicas verticales de la academia, pues su enfoque es «inductivo o desde la tierra, no pusimos teorías que aplasten las diversas realidades de las editoriales y es un estudio que se descarga de forma gratuita en internet».
La investigación
Además de las 43 editoriales que fueron parte del universo del estudio, se sumó a personas y organizaciones clave en el ecosistema del libro, esto desde la perspectiva de su incidencia en las políticas públicas en torno al tema, considerando los ámbitos de la lectura, paridad e inclusión.
Dentro de las primeras conclusiones que el estudio arroja es que hay un amplio porcentaje de editoriales que han incorporado la perspectiva de género en su quehacer, alcanzando a un 71% del universo encuestado. Esto da cuenta para la Red de la importancia que ha tenido la reformulación que ha tenido el sector con editoriales independientes y microeditoriales que han proliferado a la par de las acciones de la Furia del Libro, la Cooperativa de Editores de la Furia y la constitución de grupos editoriales regionales.
Uno de los desafíos planteados es lograr una mayor distribución de las editoriales en el territorio, pues esta continúa siendo poco equitativa. Como en otros ámbitos, la región Metropolitana aúna la mayor concentración de editoriales, seguida por Valparaíso. Como bien señala Valentina: «esta investigación revela el trabajo de las mujeres y disidencias en el mundo editorial desde la bibliodiversidad, es decir, reconociendo la diversidad cultural anclada en el mundo del libro de las editoriales independientes que son las que viven y muestran las culturas, las artes, los libros y sus procesos fuera del paradigma economicista neoliberal deshumanizante, y por lo mismo irrespetuoso de todas las relaciones que tejimos/tejemos, para poder recrear nuevos modos de vida conscientes y fundamentalmente para todes desde cada territorio».
Una de las conclusiones y meta planteada es que sigue siendo necesaria la promoción de un desarrollo sostenible bibliodiverso, para propiciar la transferencia de saberes, prácticas y experiencias. Y desde esa mirada es que nace la iniciativa de descentralización de los espacios de conocimientos, saberes y experiencias editoriales, que busca una distribución geográfica cuyos núcleos sean diversos y estén georreferenciados.
El documento completo se puede descargar desde nuestro sitio:
Una cartografía feminista
La cartografía de escrituras de género es una iniciativa fundada en 2022 y que tienen como fin geolocalizar, referenciar y mapear a quienes trabajen en el ecosistema del libro en Chile y el mundo. Esto realizado desde la perspectiva de género y considerando tanto el ámbito escritural como el editorial. El proyecto consta de varias etapas, la primera de las cuales comienza hoy 8 de marzo, con una marcha blanca que, en palabras de la editora, gestora cultural y poeta Gladys González, «pretende dar a conocer territorialmente y en comunidad a quienes sientan pertenencia o representación bajo el concepto de género, feminismos, diversidades, disidencias y neurodiversidades».
La idea nace en el 2010 gracias a un Fondo del Libro y la Lectura que permitió concretar el Primer Encuentro Chileno de Editoriales Independientes Latinoamericanas, y que desembocó en la publicación de un libro que cumplía la idea de un mapa de editoriales participantes bajo las premisas de criterio editorial, diseño editorial, distribución, crítica y otros ejes.
Y tal como concluía el estudio antes descrito, uno de los desafíos de la Red es la formación constante y el intercambio de experiencias en el rubro. Es por eso que el proyecto Nosotras también, iniciado hace ya tres años desde la Red, ha crecido y se ha robustecido por una serie de capacitaciones realizadas por participantes de la misma organización con experiencias tan diversas como talleres de Tipografía, de Indesign, de Prácticas discursivas para participación en mercados internaciones, charlas de visibilización de catálogos, entre muchas otras.
Este año se busca continuar con estas capacitaciones: «Ya que a medida que son compartidas las experiencias por las colaboradoras, van configurando aquellos elementos comunes que hacen de la red una organización particular, con un registro ético de altos estándares en el ecosistema del libro» señala la editora.
Hacia una nueva Política del Libro, la Lectura y las Bibliotecas
Durante los meses de enero y febrero se hicieron una serie de mesas participativas de distintas temáticas en miras de la construcción de la nueva Política del Libro a nivel nacional. En estas, el tema de género fue transversal y permitió que agentes y actores del ecosistema del libro se sumaran a la conversación de manera remota, permitiendo una participación desde diversos territorios. En ese sentido, para la Red Feminista del Libro estos encuentro y diálogos han sido positivos y fructíferos, democratizando el acceso a la participación.
«Lo que más destaco es la reflexión que ha suscitado el trabajo en torno a la descentralización, no solo como un concepto dentro de las políticas públicas en un marco de acciones predeterminadas, sino desde la experiencia de quienes trabajamos en pro de la gestión cultural para la comunidad y el desarrollo desde las industrias creativas de ciudades ubicadas fuera del rango geográfico de la región Metropolitana- subraya Gladys González».
En la misma línea, la Red rescata la importancia de incluir en el nuevo documento el protocolo de género en espacios culturales con el afán de establecer formas de relacionarse en torno al trabajo cultural basados en el mutuo respeto. Todo esto siempre «escuchando las voces de quienes viven en situación de discapacidad, los cuerpos diversos, las disidencias sexuales y estableciendo normas de uso universal para los centros culturales, y donde se retome el Tratado de Marrakech».