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Plan Regional de la Lectura de Los Ríos celebra su primer año de implementación

La hoja de ruta, enmarcada en el Plan Nacional surgió de un trabajo articulado por servicios públicos, mundo privado y sociedad civil de la región, cuyas acciones apuntan a potenciar el acceso a la lectura como un derecho social.

 

Lunes 29 de julio de 2022

Un total de 13 diálogos con estudiantes, adultos mayores y educadoras de Junji en torno a las obras literarias de igual número de autores regionales y la realización de la segunda versión de la Escuela Virtual de Formación de Mediadores fueron algunas de las acciones que en su primer año de ejecución desarrolló el Plan de la Lectura de la región de Los Ríos, instrumento vigente para el periodo 2021-2026.

 

La hoja de ruta para la lectura en el territorio regional surgió de la articulación, tanto en su elaboración como en su ejecución, de las seremis de Educación y Desarrollo Social y Familia —esta última a través de sus servicios del Adulto Mayor (Senama) e Instituto Nacional de la Juventud (Injuv)—, la Coordinación Regional de Bibliotecas Públicas, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), el Servicio Nacional de Menores (Sename) y la Fundación Integra.

 

Desde su inicio y hasta hoy, la coordinación está a cargo de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de su Departamento de Fomento. «Una mirada que comprende la lectura como derecho y no como obligación es una mirada que ve en el libro y la lectura un bien valioso que está en el centro de las necesidades básicas de una comunidad. ¿Por qué? Porque la lectura es piedra angular de la formación integral: alimenta el intelecto y el espíritu. Nos hace mejores en comprendernos a nosotros mismos y a los otros. Celebro con entusiasmo esa mirada, plasmada en el primer año del Plan de este territorio Lector de Los Ríos, un plan producto de un trabajo participativo e intersectorial», señala la seremi Antonia Torres Agüero.

 

La construcción del documento se realizó sobre la base del modelo de gestión de los denominados Territorios Lectores, que surgen en el año 2017 como una forma de generar una ejecución sistémica y territorial de las líneas estratégicas del Plan Nacional de la Lectura.

 

Sobre el primer año de puesta en marcha, la encargada del Plan Nacional de la Lectura del departamento de educación de la Seremi de Educación, Margarita Barrientos, indica que «lo fundamental fue socializar el plan, que es una tarea constante para que cobre sentido para quienes lo van a utilizar, para quienes de alguna manera hacemos esta sinergia. Entonces, en un primer año lo importante fue dar a conocer y socializar el instrumento».

 

Para la coordinadora regional de Bibliotecas Públicas, Lucía Abello, el Plan de la Lectura «nos va mostrando un camino, donde vamos analizando qué acciones tenemos que incorporar como bibliotecas públicas al plan de gestión y, al mismo tiempo, nos comprometemos al desarrollo de diversas gestiones para nutrirlo, para que éste finalmente tenga vida. Estamos encaminados a lograr que se dé cumplimiento a las propuestas contenidas en él», puntualiza.

 

Fortalecer la lectura en Los Ríos

 

El Plan de la Lectura región de Los Ríos 2021-2026 es el resultado de un proceso de diagnóstico de la situación del libro y de la lectura en esta zona, realizado a partir de distintas instancias de levantamiento de información.

 

Algunos de los datos recogidos en ese entonces fueron que, según la Encuesta Nacional de Participación Cultural 2017, la asistencia a bibliotecas en la región alcanzaba un 20%, ubicándose por sobre el porcentaje nacional de un 17,4%. En relación a los hábitos lectores de la población regional, la Encuesta de Comportamiento Lector 2014 señalaba que a un 52% de las personas encuestadas le gustaba o le gustaba mucho la lectura y un porcentaje solo un punto menor declaraba haber leído al menos un libro a la semana, lo que la ubicaba como la región con mayor frecuencia lectora del país.

 

El diseño del plan, basado en el modelo de Territorios Lectores, identifica como componentes esenciales a los diferentes agentes locales, tales como bibliotecas, comunidad educativa, organizaciones sociales, servicios públicos y municipales, entidades privadas y sociedad civil. En conjunto configuran un entramado social que trabaja para poner en valor el territorio común, las características identitarias del sector, así como su historia y paisaje cultural, por medio del fomento del libro y la lectura.

 

El modelo, que comenzó a aplicarse el año 2017, se concentró primeramente en las capitales provinciales Valdivia (eje calle Picarte) y La Unión. Al año siguiente se sumaron Río Bueno y Los Lagos, y al próximo Llifén-Futrono y Máfil. El 2020 estuvo abocado a consolidar y fortalecer la labor realizada los años anteriores, con miras a ampliar la cobertura a las 12 comunas de Los Ríos.

 

A través del modelo se definieron cuatro ejes estratégicos, que son Gobernanza, Identidades territoriales, Asociatividad y Sostenibilidad, los que, a su vez, dan origen a los énfasis, compromisos y acciones de este Plan Regional por un periodo de cinco años. Entre ellos se encuentran Articulación y gobernanza; Equidad e inclusión; Mediación de la lectura y Potencial creativo.

 

La elaboración del instrumento consideró un aspecto participativo, a través de consultas en línea y entrevistas a agentes del ecosistema del libro y la lectura, junto con jornadas de trabajo.

 

Desde el Mineduc, Margarita Barrientos recuerda: «Conformamos la primera comisión, donde el Ministerio de las Culturas lideró la construcción del Plan Nacional de la Lectura, que también es parte de lo que era la política y, posteriormente, se logró tener un plan a nivel regional. La elaboración la recuerdo como un proceso participativo, donde pudimos opinar, donde las instituciones participantes levantamos los indicadores del plan y donde el proceso fue consensuado para tener esta hoja de ruta», puntualizó.

 

La gobernanza del plan está dada por el Comité Técnico y la Mesa Regional del Libro y la Lectura, que a través de sesiones mensuales se reúnen para avanzar en el trabajo de los diferentes énfasis del plan, evaluar las iniciativas y acoger nuevas ideas que se ejecutarán, donde la articulación público-privado ha sido clave.

 

A cargo de la coordinación del plan desde el departamento de Fomento de la Seremi de las Culturas, Helen Urra, destaca, justamente, el trabajo intersectorial como una de las fortalezas del instrumento regional. «En nuestro caso, las dos instancias que existen, la Mesa y el Comité, tienen una alta participación de agentes del ecosistema y principalmente la mesa ciudadana, que tiene un carácter público-privado, y esto pasa porque creemos que lo debe haber es un espacio común donde las necesidades converjan con las posibilidades de solución», afirma.

 

Para la profesional, el uso intensivo de las nuevas tecnologías es también un elemento identificador. «Nos ha servido para coconstruir a varias manos, para que la información sea un bien público, para sistematizar y compartir aprendizajes», dice.

 

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