Proyecto «Bibliocletas por el mundo» recibió libros del Plan Nacional de la Lectura
Desde abril, su gestor Felipe Nelson, se encuentra en Chile montado sobre su bicicleta, con el objetivo de acercar la lectura a las personas, a través de la técnica del kamishibai.
Lunes 14 de septiembre de 2015
80 ejemplares del libro La ruta del cité donó el Plan Nacional de la Lectura, a través del Consejo de la Cultura, al proyecto “Bibliocletas por el mundo”, que recoge textos y los lleva a distintas escuelas y comunidades remotas del país, para fomentar la lectura.
Además de entregar libros, el proyecto contempla un espectáculo con distintos personajes de títeres, incorporando a sus presentaciones la técnica del kamishibai o teatro sobre papel, despertando el entusiasmo en los niños que se ven beneficiados por esta visita.
Felipe Nelson, su principal gestor, contó como ha sido su estadía en Chile. “Desde que llegamos de México, nos dimos cuenta que había mucha necesidad en comunidades indígenas y escuelas rurales de tener libros y bibliotecas. En nuestras visitas, los niños se emocionaban y se les llenaba el rostro de alegría”.
Durante enero estuvo trabajando con una comunidad de mujeres en Tierra del Fuego, enseñándoles la técnica del kamishibai y, por sobre todo, recalcándoles que la mejor manera de fomentar la lectura es la actitud.
Motivado con ese tipo de experiencias, el pedaleo de las letras llegó a la última escuela rural del continente en Puerto Toro, Magallanes, con la ayuda de la Armada chilena. Su creador asegura que “este proyecto está recién empezando y cada vez se necesita más gente a quién llegar”.
El próximo 1 de octubre, este trotamundos de los libros, estará presente en la gran carpa del Estadio Nacional que Senama levantará para celebrar el Día del Adulto Mayor, y en la que habrá un espacio dedicado exclusivamente a la lectura. Junto a ellos compartirá experiencias, siempre acompañado de sus amigos títeres y el escenario mágico del teatro de papel.
Una iniciativa desbordante de energía, buenas intenciones y alegría que nace con la filosofía de que cuando un niño tiene un libro en sus manos puede cambiar su estilo de vida. “Por eso estamos aquí pedaleando, titiriteando y llevando la lectura a los lugares más remotos del país”, concluyó Felipe.